La Reflexión
¿El destino o las personas?
Imagina el siguiente dilema: te regalan un viaje para visitar un lugar del mundo. Un mes, seis personas, todo pagado. Solo una condición: o eliges el destino o a las cinco personas que te acompañarán. Elijas lo que elijas, deberéis ir todas a los mismos lugares, permanecer juntas y tomar decisiones en común ¿Qué eliges el destino o las personas?
Este dilema, aparentemente sencillo, nos invita a una reflexión más amplia sobre la manera en que tomamos decisiones, no solo en el contexto de un viaje, sino también en muchos aspectos de nuestra vida profesional y personal. Mientras leía Good to Great de Jim Collins, esta disyuntiva que ya me rondaba la cabeza se me hizo patente. Una de las ideas fuerza del libro es que no es el qué lo que define el éxito de un proyecto, sino el quién.
En el libro, tras un estudio exhaustivo de empresas que lograron trascender el ser buenas (good) para alcanzar la excelencia (great), Collins demuestra que el verdadero catalizador de la grandeza no radica en la estrategia perfecta o en el producto ideal, sino en la calidad del equipo que se forma para ejecutarlos. El quién, más que el qué, se erige como el verdadero motor del cambio y la evolución. Como sucede en el dilema del viaje, no es el destino lo que asegura lo valioso de la experiencia, sino las personas que elijas para compartirlo. Un equipo adecuado, cohesionado y comprometido, es capaz de afrontar cualquier desafío, cualquier destino, transformando cualquier circunstancia incierta en una oportunidad de crecimiento y aprendizaje.
Elegir a las personas correctas se convierte en la clave para enfrentar la imprevisibilidad. La vida profesional —al igual que sucede en el viaje— es una cuestión de compartir un propósito con aquellos dispuestos a caminar a tu lado, incluso cuando el trayecto se torne inesperado o desafiante. Lo crucial no es la meta en sí, sino el acompañamiento de quienes son capaces de adaptarse a las vicisitudes del camino, y más aún, de transformarlas en una fuente de valor. Este es el núcleo de la visión de Collins: las grandes organizaciones no son aquellas que tienen la mejor estrategia desde el inicio, sino aquellas que tienen la visión de formar los equipos adecuados que puedan crear esa estrategia, adaptarla y perfeccionarla a medida que avanzan.
Porque de no ser así, el qué —el producto, la estrategia, la meta— corre el riesgo de convertirse en un diseño vacío, si no se nutre de la calidad de las relaciones que lo respaldan. Las empresas que solo se enfocan en lo que hacen, sin preocuparse por las personas que lo harán, corren el riesgo de perderse en el proceso. Aquellas que logran trascender lo bueno para alcanzar el éxito, lo hacen no por tener la idea perfecta, sino porque han tejido, con paciencia y cuidado, una cultura que les permite adaptarse a cualquier circunstancia y superar las dificultades.Estas empresas no son las que tuvieron una visión perfecta desde el comienzo, sino aquellas que pusieron su empeño en elegir, primero, a las personas que darían vida a esa visión. El quién no es solo un factor secundario, es el corazón que late detrás de toda acción significativa. La grandeza de un proyecto, de un emprendimiento, no está en la idea perfecta, sino en la capacidad de las personas para tejer dicha idea, adaptarse a los imprevistos y convertir cada obstáculo en una lección de crecimiento.
Durante mucho tiempo, cuando trabajaba en estudio acompañando a clientes a crear su estrategia de marca, les planteaba el Golden Circle de Simon Sinek como una herramienta útil para construir de manera significativa una marca. Si no lo conocéis, en él se pone el porqué en el centro de un círculo, un poco más afuera el cómo y aún más alejado el qué. La idea de Sinek es construir de dentro hacia fuera. Es decir, desde el porqué hacia el qué. Aunque el planteamiento de Sinek es acertado al trastocar el orden tradicional del qué y el porqué, se olvida sorprendentemente del quién. Las personas, las responsables de que el porqué se dé, no aparecen en el círculo dorado ¿Cómo es eso posible? Me sucedía con muchas empresas que cuando les pedía que me explicaran su porqué para construir desde él, terminaban hablando del equipo, de las personas, del valor de las fundadoras, del compromiso de los managers… yo entonces no lo veía, pero tenían razón: hay algo que está más en el centro que el porqué y es el quién. Al final, tanto en lo laboral como en lo personal, la verdadera decisión radica en el quién. Son las personas las que transforman un destino incierto en un viaje significativo, las que convierten el camino hacia cualquier meta en una vivencia memorable, valiosa y, sobre todo, posible.
Como acertadamente comentaba ayer Luis Miguel Barral: “Las personas ya son un destino”.
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→ Jarra Mho
Pararnos y observar. Hay una idea errónea sobre que la función del diseño es eliminar la fricción. Como digo, es un error. La fricción puede ser un elemento intencional del propio diseño. Añadir fricción, resistencia, pausa, demora, tiempo… es también diseñar. La clave, como siempre, es la intención. La jarra Mho de Itziar Luna te obliga a pausar el vertido, a servir lentamente, con atención, siendo consciente y estando presente. Muy cerca de su diseñar.
→ Tres noticias sobre Figma
Figma compra Modyfi (la cual yo descubría y recomendaba aquí hace unas semanas). Me ha sorprendido, aunque tiene sentido, pero siempre pensé que comprarían Jitter en su lugar.
Figma ha dado el primer paso para salir a bolsa. Año y medio después del fallido intento de compra por parte de Adobe, parece que la solución es la de salida a bolsa.
Figma envía una carta de cease-and-desist a Lovable para que deje de usar “Dev Mode” porque es una marca registrada por ellos ¯\_(ツ)_/¯
→ WCAG in Plain English
Hacer que los estándares de accesibilidad sean fáciles de entender. Una iniciativa de AAArdvark para hacer más entendibles los criterios de accesibilidad de WCAG.
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Shotty y Maccy son dos clásicos básicos para instalar en cualquier Mac. La primera es perfecta para gestionar las capturas de pantalla y la segunda es posiblemente el mejor gestor de portapapeles. La última que os traigo es Rectangle: un gestor de ventanas y pantallas imprescindible.
→ Drew Struzan y los pósters de tu infancia
Durante décadas, la manera en que imaginamos algunas de las películas más queridas de nuestra infancia ha estado marcada por una misma mirada: la de Drew Struzan. Su trazo ha dado forma a un imaginario colectivo donde conviven héroes, criaturas fantásticas y aventuras épicas, todo condensado en un solo cartel. Struzan desarrolló un estilo inconfundible, mezcla de aerógrafo, acrílico y lápices de colores, que no buscaba realismo, sino impacto. Sus composiciones no eran meras ilustraciones promocionales: eran puertas de entrada al universo narrativo. Basta pensar en los carteles de Star Wars, Indiana Jones o Regreso al futuro para reconocer el poder icónico de su obra. No es casual que directores como Spielberg o Lucas lo consideraran una parte esencial del proceso. Lo más interesante, sin embargo, es cómo su enfoque se mantuvo fiel a lo artesanal, incluso cuando la industria se volcó al diseño digital. En un contexto donde la inmediatez visual parecía ganarlo todo, Struzan apostó por lo hecho a mano, por el tiempo y la intención detrás de cada trazo. Eso, quizás, explica por qué sus carteles siguen siendo tan memorables: no solo representan una película, la interpretan. Le dedican un extenso post repleto de sus carteles legendarios en indieground.
→ V edición de “Filosofía como ventaja táctica”
La Filosofía nos enfrenta a las preguntas fundamentales, no con la prisa por la respuesta, sino con el ánimo enfocado en el ejercicio de la razón, la crítica y la reflexión serena. Comenzamos a finales de mayo, en la sede del Instituto Tramontana en Madrid. Toda la información relevante, el dosier y cómo inscribirte para esta edición en la web del Instituto. Además, me tienes a un email, a un tweet, a un post de Bluesky de distancia para resolver las dudas que pudieras tener.
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Gracias a las 195 personas que me apoyáis en Ko-fi. Me habéis invitado ya a 622 cafés y amontillados ¡Me va a dar algo!
El número #261 de Honos ha sido escrito mientras escuchaba:
Odio eterno al fútbol moderno — F.R.A.C
Se despide con una sonrisa honesta, Máximo, diseñador, aprendiz de newslettero y hoy me ha costado muuuuucho madrugar. La culpa la tiene el fútbol moderno: felicidades a todos los culés.
¡Salud y diseño!
Es que no somos capaces de construir un propósito sin personas. No hay por qué o para qué que diría Unamuno sin alguien. Interesante, gracias.
Es cierto. El equipo te acerca o te aleja. Te atrae o te repele.
No he leído el libro, pero añadiría otra variable al supuesto y alguna pregunta.
Quién elige el destino? El mismo grupo de cinco?
Se necesita un líder?
Funciona el disagree and commit?
Necesitamos sentir pertenencia con el quien, o con el qué?
En días dónde los resultados tienen que verse de manera casi inmediata, se contradice con el dicho de si quieres llegar rápido, ve solo, si quieres llegar lejos, ve acompañado.
Me encantó ¯\_(ツ)_/¯