Honos 257. Lo que el diseño importa, aporta y exporta
Sobre lo que el diseño aporta a la cultura empresarial desde dentro y fuera de la propia disciplina.
La Reflexión
Lo que el diseño importa, aporta y exporta
Este viernes tuve el placer de participar en una mesa redonda sobre diseño estratégico en el ámbito de la movilidad. Fue en un estupendo evento que monta Redbility llamado Damn! Un claro de luz en un Madrid grisáceo y lluvioso. Las mesas redondas suelen irse por extraños derroteros, saliéndose del curso inicialmente trazado. Eso está bien, las hace fluidas, menos rígidas que una ponencia. Suele ser habitual que se queden preguntas fuera que no da tiempo a responder y una de ellas era esta: ¿Cómo ves el rol de los equipos de diseño en la generación de la cultura dentro de la propia compañía? Aprovecho esta edición para reflexionar sobre ello e ir un poco más allá.
El diseño es una profesión joven, en constante evolución, donde muchos de los que hoy la practicamos hemos llegado a ella desde otras disciplinas, en ocasiones extremadamente distantes. Soy de la opinión que estos campos distintos han enriquecido nuestra labor de manera profunda. Las humanidades, como la Psicología, la Antropología, la Filosofía, las Bellas Artes, junto a las ciencias y las disciplinas técnicas, han aportado nuevas perspectivas, miradas plurales, que han fertilizado el terreno del diseño, permitiéndole crecer, transformarse y madurar de formas insospechadas. Sin embargo, lo que aún no ha sucedido —o al menos no de manera significativa— es el flujo contrario. Esto es, que aquellos se formaron en el diseño, puedan nutrir y hacer crecer otras disciplinas y profesiones fuera de su ámbito nativo.
Más allá de las evidentes limitaciones impuestas por la oferta y demanda laboral, que claramente influyen en que este intercambio se produzca, lo que realmente me intriga es imaginar qué podría aportar un diseñador o una diseñadora a otras áreas ¿Qué es lo que tenemos en nuestra mirada, en nuestra forma de ver y entender el mundo, que podría hacer más valiosas prácticas consolidadas como el periodismo, el derecho o la política? Y más aún, ¿cómo podríamos influir y enriquecer profesiones aún en ciernes, no regladas, o incluso aquellas que están por nacer? En este juego de influencias, de intercambio de saberes y enfoques, radica un potencial inmenso aún por descubrir.
Existen, en mi opinión, al menos tres cualidades inherentes a quienes se han formado en diseño que son profundamente valiosas y capaces de transformar el modo en que otras disciplinas operan. La primera de estas fortalezas es la capacidad de síntesis. Los diseñadores y diseñadoras, constantemente inmersos en un mundo saturado de información, han sido entrenados para tomar grandes cantidades de información dispersa, compleja y moldearlas en algo coherente, claro, ordenado y comprensible. Esta habilidad para destilar lo esencial y comunicarlo de manera visual y funcional es tremendamente valiosa, especialmente en aquellos campos donde la comprensión rápida y la comunicación efectiva y significativa son esenciales.
La segunda fortaleza radica en nuestra habilidad para hacer tangible lo intangible. En diseño, constantemente trabajamos con conceptos abstractos que nos llegan por vías dispares, desde equipos heterogéneos, clientes de sectores plurales y stakeholders con intereses, en ocasiones, opuestos. Todos ellos acuden a nosotros con ideas, emociones, valores, que nosotros transformamos en prototipos, artefactos, objetos, experiencias y formas concretas. Esta destreza para traducir lo inmaterial en algo físico, palpable y vivencial es algo que puede ser enormemente relevante en disciplinas como la política o la estrategia empresarial, donde las ideas abstractas —como una visión, una política pública o una cultura organizacional— deben ser comunicadas de manera efectiva para que contribuyan de manera significativa a su propósito.
Existe una tercera fortaleza con la que los diseñadores pueden contribuir en el ejercicio de otras profesiones: la habilidad para servir de puente entre silos. Quienes trabajan en diseño, especialmente aquellos perfiles que lo hacen desde organizaciones complejas, se encuentran a menudo trabajando en la intersección —en el “entre”— de múltiples disciplinas: la tecnología, el arte, los negocios, la sociología… Quienes diseñamos somos expertos en sumar perspectivas para pintar ese paisaje compartido que es la cultura de una empresa. Ortega y Gasset sostenía que la perspectiva es la organización de la realidad. Pocas profesiones como la del diseño comprenden de manera tan profunda cómo la colaboración entre perspectivas y la suma de puntos de vista plurales, son esenciales para integrar de manera común la realidad diseñada.
Capacidad de síntesis, habilidad para materializar lo intangible y el talento para tejer puentes entre áreas dispersas. Al menos con estas tres habilidades —seguramente a vosotros se os ocurran muchas más—, quienes se forman como diseñadores y diseñadoras no solo pueden aportar valor desde el ejercicio de su propia profesión, sino también desde la práctica de otras disciplinas donde contribuyan a la transformación de las estructuras, los procesos que las definen y la propia cultura de la compañía. El diseño ha sido una disciplina que ha sabido importar desde otros campos, absorber saberes y enfoques ajenos, quizá vaya siendo el momento de llevar lo aprendido más allá, de exportar ese valor a otros dominios. Quizá sea ahora el tiempo de aportar frescura, perspectiva y creatividad al conjunto, de sumar diseño a la cultura y al propósito de la organización.
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Los enlaces
→ La literalidad
Si algo noto distinto en las generaciones más jóvenes es una resistencia innata al pensamiento abstracto y un exceso omnipresente de literalidad. Es prácticamente imposible pedirles que te expliquen o definan algo sin que lo hagan empezando por “es como…” y continúen con un ejemplo o un símil. Son incapaces de abstraerse de lo concreto para definir un concepto. Sufren de literalización. No quisiera dar a entender que ejemplificar es negativo. Dar ejemplos es perfecto para terminar de concretar una explicación, o servir de puente para conectar ámbitos distintos (lo de los silos que comentaba en la reflexión), pero cuando el ejemplificar se convierte en el único modo en el que definir algo, los ejemplos son un lastre para nuestra capacidad de abstracción y conceptualización. En numerosas ocasiones, en clase o en alguna charla, cuando expongo una idea, algún concepto, la primera pregunta suele ser: “¿Puedes poner un ejemplo?”. Y no pasa nada, no es malo cuando ese ejemplo va a servir para aterrizar el concepto, pero sucede que a partir de ese momento, la conversación gira en torno al ejemplo puesto y no sobre la idea fuerza que lo sostiene. El ejemplo es siempre deficitario frente al concepto. El exemplum es algo concreto que se extrae de lo general y por definición no puede la generalidad reducirse a él.
Sobre esta idea de la literalidad en el cine y el arte actual (aunque no solo en ese contexto) escribe para The New Yorker un excelente artículo Namwali Serpell que os recomiendo.
Nota: si abrís el enlace en incógnito, desaparece el muro de pago.
Nota 2: de una forma totalmente irónica y hasta divertida, el artículo comienza poniendo tres ejemplos.
→ Recuperar el propósito
Excelente artículo de Ricardo Moreno sobre cómo las marcas tienen que volver a conquistar el propósito que el mal marketing ha emponzoñado. Coincido con él y con Alex Pallete —a quien cita Moreno— en que el propósito nace del hacer, porque cuando no es así, se vuelve o bien un tirano, o bien algo vacío. En algún breve recordatorio escribí: “Frente a la ansiedad del propósito, la serenidad del hábito. Frente a la angustia del objetivo, la certeza de la costumbre.” Y no era un alegato contra el propósito, sino recordarle el lugar que le corresponde y la función que le toca. Cuando en ocasiones digo que la marca es un realizativo (performativo) es justo por eso: la marca es la naturalización de una costumbre repetida en el tiempo y reconocemos a una marca siendo ella misma cuando realiza (performa) mediante sus actos su propósito.
→ Lolo
Aunque soy fiel a mi jamonero de cabecera y casi tocayo Maxi, quería poner en valor la identidad visual y verbal que se han currado en Lolo. Nombre, wordmark y estética bien juntitos y de la mano para crear un lenguaje que bien podría ser el de un videoclip de El Madrileño. Viene creado por el estudio Odd Studio
→ Sand canvas & cognac leather
La mochila que me compraría si me sobraran 500 lereles.
→ PostSpark
Una de esas herramientas que hacen una cosa, bien y bonita. PostSpark es un editor que funciona en el navegador para crear capturas de pantalla bien chulas. Si trabajas en diseño, seguramente hagas esto en Figma, pero si no te quieres liar matando moscas a cañonazos, en un par de clics tienes algo muy resultón. La he descubierto vía la ecommpills de mi querido Jaime Mesa.
→ Paper
¿Se viene un nuevo competidor para Figma, Sketch, Penpot? Paper parece ser el nuevo jugador. Aún en fase privada. Veremos.
→ V edición de “Filosofía como ventaja táctica”
La primera clase del curso de Filosofía como ventaja táctica trata sobre la Belleza. Si tuviera que resumirla en una imagen, sería esta:
Comenzamos a finales de mayo, en la sede del Instituto Tramontana en Madrid. Toda la información relevante, el dosier y cómo inscribirte para esta edición en la web del Instituto. Además, me tienes a un email, a un tweet, a un post de Bluesky de distancia para resolver las dudas que pudieras tener.
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El número #257 de Honos ha sido escrito mientras escuchaba:
sigo enganchado a este discazo
Valeria Castro — el cuerpo después de todo
Se despide con una sonrisa honesta, Máximo, diseñador, aprendiz de newslettero y pensaba que era hoy cuando se cambiaba la hora y estoy totalmente des(h)orientado.
¡Salud y diseño!
A raíz del tema de la «literalidad», el otro día leí un excelente artículo que habla sobre el uso recurrente de la primera persona en narrativa no como técnica, sino como imposibilidad de reflexionar más allá de la mirada individual del personaje; creo que se relaciona directamente con lo que expones en esa sección. Es este:
https://open.substack.com/pub/blgtylr/p/against-casting-tape-fiction?r=125gd2&utm_campaign=post&utm_medium=web&showWelcomeOnShare=false
La tercera fortaleza me parece clave: esa capacidad de mediar entre deseos y necesidades que no siempre están alineados, e incluso pueden ser contradictorios. A veces nuestro trabajo se parece al de un malabarista: hay que mantener todas las pelotas en el aire. Si una cae, el proyecto tambalea.