Honos 232. Reacción en cadena.
La Reflexión
Reacción en cadena.
Leó Szilárd fue posiblemente el primer científico que pensó seriamente diseñar bombas atómicas. Lo hizo tras leer una novela de ciencia ficción de H. G. Wells llamada “The World Set Free”. Fue Szilárd quien concibió la idea de la reacción en cadena, que es la secuencia de reacciones adicionales en cascada que posibilita el despliegue energético de una reacción nuclear. Resulta que un científico húngaro lee en Londres una historia sobre el arma más destructiva jamás creada y trece años después, un cuarto de millón de personas mueren en dos ciudades de Japón.
Creo que todo diseño es una reacción en cadena. Toda reacción en cadena necesita de una acción inicial que desencadene la secuencia. Creo firmemente que esa acción inicial es siempre una elección y que cuanto más elegante sea dicha elección, menos perjudicial será. Me explico.
En diseño, ser elegante no es ser refinado, ni siquiera tener gracia o estilo. La elegancia en el diseño —no solo en diseño— es la sabia elección. Ser elegante es saber elegir. Esto es: ser inteligente. Desde el latín, el verbo legere, nos donó las voces elegir, leer, recoger, elegancia, inteligencia… todas parten del mismo tronco. Es inteligente quien saber elegir y quien sabe elegir es elegante.
¿Qué es lo que se elige cuando se diseña? La elección del diseño es la elección de sus límites. Diseñar es delimitar. La rienda suelta no es amiga del diseñar. El diseño demanda siempre cuidar los límites, levantar fronteras entre lo deseable y lo responsable. Un diseño (o al menos el buen diseño) es siempre la determinación de una contingencia. Es por esto que el buen diseño requiere de un principio de prudencia, de un principio de responsabilidad que se haga cargo de las relaciones que crea. Cada diseño es una elección, cada diseño es un compromiso, un pacto entre quien diseña y a quien el diseño afecta. Afección que se extiende por todo el hábitat. El diseño no es una relación entre quien diseña y quien usa el diseño. El diseño, en su despliegue, crea una red de relaciones que se extiende y afecta a todos. Diseñar no es acertar con una flecha en la diana. Diseñar es lanzar una piedra a un estanque: uno nunca sabe cómo de lejos llegarán las ondas. Todo diseño es una reacción en cadena.
Por cierto, ahora hay un señor que parece haberse tomado demasiado en serio una película de ciencia ficción llamada “Her”. Esperemos que esa reacción en cadena no acabe como la de Szilárd.
Los enlaces
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El número #232 de Honos ha sido escrito mientras escuchaba:
Hoy, Bach
Se despide con una sonrisa honesta, Máximo, diseñador, aprendiz de newslettero y creo que hoy voy a hacer unas lentejitas con chorizo ¿Qué os parece?
¡Salud y diseño!
👏🏻👏🏻
Muy valioso para quienes piensan tener el control absoluto de aquello que diseñan, especialmente en productos digitales. Diseñamos y, en función del efecto generado, vamos tomando nuevas decisiones de diseño. Está bien así.
Creo que tu reflexión genera una pregunta interesante: si la cadena de consecuencias de lo que diseñamos es en buena medida impredecible e incontrolable, ¿dónde está el límite de nuestra responsabilidad sobre aquello que diseñamos y donde nos convertimos en una marioneta más del efecto mariposa?
En cualquier caso, y hablando de cosas importantes, conviene echarle una hojita de laurel a las lentejas.