Hay un enorme valor en un idioma que distingue entre ser y estar, entre sensación y sentimiento. Es desmesuradamente valioso, un idioma que sabe decir vivencia, desvelo, sobremesa o trasnochar. Discurre preñado de hondura, un idioma en el que los recuerdos no solo atraviesan la memoria, sino también el corazón.
"Decía Paul Celan que uno solo puede decir su verdad en su lengua materna, que en una lengua extranjera uno siempre miente. Estoy de acuerdo con el poeta." 👌
Fantástica como siempre, Máximo. Una de las pequeñas alegrías de los domingos :-)
Al comienzo, me has recordado a Julián Marías diciendo aquello de que los alemanes “darían una de las pocas provincias que les han quedado por tener los verbos: ser, estar y haber, tres maravillosos verbos para hacer filosofía”. Todo en el contexto en el que Heidegger decía que solo se podía filosofar en griego y en alemán.
"Decía Paul Celan que uno solo puede decir su verdad en su lengua materna, que en una lengua extranjera uno siempre miente. Estoy de acuerdo con el poeta." 👌
Fantástica como siempre, Máximo. Una de las pequeñas alegrías de los domingos :-)
Gracias, Raúl. Un abrazo!
Mi seccción favorita, si puede llamársele así, gracias Máximo.
Muchas gracias, Rodri ☺️
Al comienzo, me has recordado a Julián Marías diciendo aquello de que los alemanes “darían una de las pocas provincias que les han quedado por tener los verbos: ser, estar y haber, tres maravillosos verbos para hacer filosofía”. Todo en el contexto en el que Heidegger decía que solo se podía filosofar en griego y en alemán.
Genial lo de talento y talante.
Gracias por la publicación.