«No tenemos medio, ni mañana —dijeron ellos. Es nuestro sino vivir encadenados a un destino inexorable, a un infierno tras otro. El agua, la compramos de los pozos de los vecinos. El pan nos lo prestan generosas las piedras. Y vivimos, si es que esto es vida, en un pasado recién sembrado en campos que eran nuestros desde hace cientos de años hasta hace muy poco... hasta que fermentó la masa del pan y se enfriaron las cafeteras. En tan solo una funesta hora, la historia entró por la puerta como un ladrón sin escrúpulos y el presente salió por la ventana. Con una o dos matanzas, el nombre del país, de nuestro país, pasó a ser otro. La realidad se convirtió en una idea y la historia se mudó en memoria. La mitología se impuso y el conquistador todo lo atribuyó a la voluntad del Señor, que había hecho una promesa y no la había roto. Sus cronistas escribieron: Hemos vuelto. Los nuestros: Han vuelto al desierto. Nos espetaron: ¿Por qué habéis nacido aquí? Nosotros les dijimos: ¿Por qué Adán nació en el paraíso?
Mientras te leía, Máximo, se me venía una pregunta a la cabeza: ¿dónde está nuestra humanidad? ¿Por qué a los niños se les priva de ser niños? Me cuesta entender porqué suceden estas cosas.
Mientras te leía, Máximo, se me venía una pregunta a la cabeza: ¿dónde está nuestra humanidad? ¿Por qué a los niños se les priva de ser niños? Me cuesta entender porqué suceden estas cosas.
Gracias por escribir esto.
Un abrazo.
Esas son las preguntas que importan. Te mando un fuerte abrazo.
Muy tristes, si! 💔
Ojalá no se cumplan los pronósticos tan tristes que nos llegan