Siéntate en el sofá. Sube las piernas. Ponte cómodo. Relájate. Coloca suavemente el dispositivo en tu cabeza. Ajusta adecuadamente la parte trasera y acomoda la delantera de modo que se adapte a tu rostro. Respira. Deja que el dispositivo sincronice sus sensores con tus ojos y oídos. Permite que comience a mapear tus pupilas registrando hasta la más mínima variación de su reflejo fotomotor. Consiente que el dispositivo mida la actividad eléctrica de tu cerebro, los latidos y el ritmo de tu corazón, la actividad de tus músculos, tu presión arterial y la conductividad de tu piel. Respira. Permanece en calma. El dispositivo está tratando de predecir tu nivel de curiosidad, concentración, miedo y atención. Relájate. Estamos aprendiendo sobre ti. El dispositivo tomará el control de tu visión a partir de este preciso momento ¿Lo sientes? Has dejado de ver para empezar a ProVer.
Me ha inquietado muchísimo esa frase: «No has viajado a otro mundo, nosotros hemos entrado al tuyo.»
No quiero entrar en el eterno debate sobre la privacidad, pero creo que con el nuevo dispositivo la invasión de las empresas en nuestra vidas empieza a ser algo realmente atosigante.
Veo las ventajas y entiendo la deriva tecnológica que, guste o no, vamos a experimentar todos, pero no deja de preocuparme la dilución de la frontera entre nuestro «yo» y los datos, entre nuestra intimidad y la exposición absoluta.
En todo caso, gracias por tratar el tema desde una perspectiva creativa y dar buenos puntos de vista al respecto.
Espero que quedara claro en el texto que no veo positiva la aproximación de Apple. A mí modo de ver, están facilitando un excesivo control y vigilancia del entorno laboral. De la misma manera que hacen con la salud con el AppleWatch. El dispositivo no habla de que te liberes tú de nada, sino de liberar sus aplicaciones de su entorno para que ocupen tu espacio. Me parece una incursión desmedida apoyada en una extracción de datos sin precedentes.
Exacto. Creo que aprovechan esa imagen que vienen construyendo de empresa preocupada por la privacidad para ofrecer un producto que, con su posibles ventajas, no deja de ser un caballo de Troya en lo referente a recolección de datos personales y laborales.
Además, esa intromisión (a ello aludía antes) me resulta perturbadora, ya que vamos dejando en manos de actores privados (e interesados) cada vez porciones más extensas de nuestra vida. Me parece un tema que merece mucha, mucha reflexión, más allá del hype y del fanatismo de marca.
Me ha inquietado muchísimo esa frase: «No has viajado a otro mundo, nosotros hemos entrado al tuyo.»
No quiero entrar en el eterno debate sobre la privacidad, pero creo que con el nuevo dispositivo la invasión de las empresas en nuestra vidas empieza a ser algo realmente atosigante.
Veo las ventajas y entiendo la deriva tecnológica que, guste o no, vamos a experimentar todos, pero no deja de preocuparme la dilución de la frontera entre nuestro «yo» y los datos, entre nuestra intimidad y la exposición absoluta.
En todo caso, gracias por tratar el tema desde una perspectiva creativa y dar buenos puntos de vista al respecto.
Espero que quedara claro en el texto que no veo positiva la aproximación de Apple. A mí modo de ver, están facilitando un excesivo control y vigilancia del entorno laboral. De la misma manera que hacen con la salud con el AppleWatch. El dispositivo no habla de que te liberes tú de nada, sino de liberar sus aplicaciones de su entorno para que ocupen tu espacio. Me parece una incursión desmedida apoyada en una extracción de datos sin precedentes.
Exacto. Creo que aprovechan esa imagen que vienen construyendo de empresa preocupada por la privacidad para ofrecer un producto que, con su posibles ventajas, no deja de ser un caballo de Troya en lo referente a recolección de datos personales y laborales.
Además, esa intromisión (a ello aludía antes) me resulta perturbadora, ya que vamos dejando en manos de actores privados (e interesados) cada vez porciones más extensas de nuestra vida. Me parece un tema que merece mucha, mucha reflexión, más allá del hype y del fanatismo de marca.
Muy de acuerdo contigo