“Niño, ¿y tú de quién eres?” Yo tenía apenas diez años y junto con mi familia nos acabábamos de mudar desde Sevilla a un pueblo de la sierra norte de la provincia. Allí ya vivían desde hace años mi abuela materna y una de sus hijas, es decir, mi tía. Yo era un niño tímido. Lo sigo siendo (lo de tímido, no lo de niño). Era la primera vez que iba a comprar a la tienda solo en aquel pueblo. Mi madre me habría encargado huevos o leche. No recuerdo con claridad. Aquel era un pueblo anclado en el tiempo. Eran los comienzos de los 90, pero el cambio de década, con su sensación de sprint final de milenio respirable en Sevilla, no había llegado a la sierra, sumida aún en una eterna calma chicha.
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Honos 160. El círculo en torno al…
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“Niño, ¿y tú de quién eres?” Yo tenía apenas diez años y junto con mi familia nos acabábamos de mudar desde Sevilla a un pueblo de la sierra norte de la provincia. Allí ya vivían desde hace años mi abuela materna y una de sus hijas, es decir, mi tía. Yo era un niño tímido. Lo sigo siendo (lo de tímido, no lo de niño). Era la primera vez que iba a comprar a la tienda solo en aquel pueblo. Mi madre me habría encargado huevos o leche. No recuerdo con claridad. Aquel era un pueblo anclado en el tiempo. Eran los comienzos de los 90, pero el cambio de década, con su sensación de sprint final de milenio respirable en Sevilla, no había llegado a la sierra, sumida aún en una eterna calma chicha.