La Reflexión
Shot to nothing.
Hay dos cosas que me apasionan de los británicos: sus series policíacas y el snooker. De lo primero podríamos hablar otro día.
Decir que el snooker se parece al billar (pool) sería como decir que el rugby se parece al fútbol. Quizá se asemejen en su terreno de juego, pero lo relevante son sus diferencias. Rugby y snooker son juegos de caballeros. Luis Aragonés decía que el fútbol es para listos, yo diré que el snooker es para prudentes.
El snooker es un juego esencialmente británico en cuanto a sus formas. Absurdamente protocolario y anacrónico en sus maneras. Elegante en lo formal, implacable en su esencia. Uno puede ir ganando 60 a 0, cometer un único error y terminar perdiendo la mesa. Puedes tener la mesa ganada matemáticamente y que tu rival no te conceda la victoria buscando que cometas alguna falta que haga que él termine sumando más que tú. El propio nombre del juego describe bien su carácter endiabladamente estratégico. Dejar a tu oponente en “snooker” es dejarlo sin posibilidad de tiro directo a su bola objetivo. Más que embocar bolas, el objetivo del snooker es impedir que el otro lo consiga escondiéndole la cue ball (la bola blanca, la golpeada por el taco) detrás de otras bolas de color. Es un deporte en el que los buenos jugadores —como en el ajedrez— van varias jugadas por delante. En el snooker se piensa por adelantado. Lo relevante no es la bola que embocas en este tiro, sino cómo dejas emplazada la blanca para el siguiente. Se dan ocasiones en las que, teniendo tiro, el jugador prefiere defender porque no existía una salida limpia de la bola blanca ¿De qué te vale dar un paso al frente si ese paso te deja al borde del precipicio?
El snooker no va de ganar batallas, sino de ganar la guerra. Hay una jugada que resume a la perfección la esencia de este juego. Es un tipo de tiro que se conoce como “shot to nothing”. Consiste en hacer un tiro arriesgado con intención de embocar la bola, pero sabiendo que si fallas te quedarás en buena posición defensiva, impidiendo que tu rival tenga oportunidad de embocar, haciendo que el rival tenga un “tiro a nada”. De nuevo, lo importante no es tanto marcar como impedir que el otro se quede en posición de hacerlo. Es por esto que el snooker es un juego que resume a la perfección el significado original de la prudencia como virtud.
Quien mejor entendió el arte de la prudencia fue Baltasar Gracián. Jesuíta, filósofo, escritor aragonés y barroco hasta la médula, Gracián, en su Oráculo manual. El arte de la Prudencia nos ofrece 300 aforismos que forman una guía fragmentaria de comprensión y uso de esta virtud hoy día tan olvidada. Si hay quien en su mesita de noche tiene a Marco Aurelio, Séneca o a Montaigne, yo tengo a Gracián. Leerle es buscar respuesta para la pregunta “¿Qué persona quiero ser?”.
La prudencia, siendo una virtud, no es una virtud más. Para Platón y sobre todo para Tomás de Aquino, es la auriga virtutum (la que conduce a las otras virtudes) o la genitrix virtutum (la que origina las virtudes). La prudencia es esa virtud que pone en práctica quien no es temeroso ni temerario. Lamentablemente, hoy malinterpretamos y confundimos su significado, haciéndola caer siempre del lado del exceso de celo, propia de cobardes, pusilánimes y miedosos.
Sirvan un par de los aforismos de Gracián para mostrar el carácter astuto, estratégico y meditado del arte de la prudencia:
Pensar por adelantado: hoy para mañana e incluso para muchos días. La mayor fortuna se hace con horas de previsión. Para los prevenidos no hay malas contingencias, ni para los preparados hay aprietos. El razonamiento no debe retrasarse hasta la ocasión crítica, sino que debe anticiparse. Con la madurez del pensamiento cuidadoso hay que prevenir el tiempo más riguroso. La almohada es una sibila muda y dormir sobre las preocupaciones vale más que desvelarse por ellas. Algunos hacen y después piensan; buscan excusas más que consecuencias. Otros no piensan ni antes ni después. Toda la vida debe consistir en pensar para acertar el rumbo. La prevención y el pensamiento cuidadoso son un buen recurso para vivir adelantado.
Pensar por adelantado, anticiparse, prevenir… es lo que hace excelente a quien hace sus movimientos sobre el tapete de snooker o el de la vida.
Adaptarse a la ocasión. Dirigir, pensar, todo debe ser oportuno. Hay que decidirse cuando se puede, pues la ocasión no espera a nadie. En la vida no hay que servirse de generalidades, a no ser por virtud. La voluntad no tiene leyes precisas: el agua que hoy se rechaza mañana se beberá. Algunos son tan paradójicamente impertinentes que pretenden que todas las circunstancias del éxito se ajusten a su manía particular, y no al revés. Pero el sabio conoce bien dónde está el prudente norte: en adaptarse a la ocasión.
El prudente sabe adaptarse, tanto a las circunstancias de cada mesa, de cada partida, como de cada momento vital. Salvar las circunstancias es el arte del prudente. El prudente es sagaz. Decía el de Aquino que la prudencia se vale de la solercia. Palabra en desuso hoy y que proviene del latín solers (hábil, ingenioso). El prudente es ingenioso, hábil y perspicaz.
En un contexto como el actual donde se prima a quien arriesga, a quien falla rápido, a quien es disruptor… se tacha de temeroso y conservador a quien es sencillamente prudente. No se comprende que la prudencia es la astucia jugando a defender, que la prudencia es más estratégica que táctica, que la prudencia es un shot to nothing.
Nota para los fans de Boardwalk Empire: si a Arnold Rothstein lo apodaban “The Brain” era por algo.
N.º 210 publicado gracias a VitaminaJota.
Abrir ventanas
Conocí el trabajo de mi tocayo hace 65 ediciones de Honos. Resulta que ahora mido el tiempo en ediciones de esta newsletter como quien lo mide en cosechas o montaneras. Maxi cuenta que su profesión es abrir ventanas en Cumbres Mayores, Huelva. Es algo que también le escuché decir a, quien ya jubilado, había trabajado toda su vida en una bodega en Jerez. El viento hace el jamón y también el vino.
Su logotipo es un cerdo con una loncha de jamón por capa. Solo eso ya es motivo para notar que Maxi tiene una manera de hacer las cosas distinta al resto. El cuidado en el trato y en la presentación de su producto son fiel reflejo de la calidad de sus jamones y embutidos. Vamos, el regalo perfecto para quedar de lujo estas Navidades con tu gente. Es lo que llevo haciendo yo desde que lo conocí.
Me envió un audio por Twitter: “Quillo, me apetece mucho apoyar Honos. Escribe lo que quieras, que de eso sabes tú más que yo. Te tengo que dejar, que tengo lío. Voy con la niña al parque. Un abrazo.”
Puro Maxi: sencillez, honestidad, familia, cuidado y… abrir ventanas.
Los enlaces
→ Contenido, ¡Qué termino más soez!
¿Puede ser el término “contenido” uno de los más idiotas de los últimos años? Yo soy creador de contenido ¿Qué significa eso? Hemos adoptado un término que solo le interesa a quien, teniendo un contenedor, necesita cualquier cosa, lo que sea para rellenarlo. En este artículo para The New York Times se profundizan sobre el tema de manera muy acertada. Por favor, dejemos de usar semejante palabro.
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Kyugo viene del japonés “Kyūgo”, que significa “alivio”. Kyugo es una app que pretende reinventar el calendario redescubriendo la esfera del reloj como retícula base en lugar de una tabla. La propuesta es prometedora, veremos si tiene impacto o no, pero me admira que haya quien se proponga retos así de grandes.
→ GSAP
GSAP es una robusta librería JavaScript para animar sin esfuerzo y con mucho foco puesto en la eficiencia de su rendimiento. La verdad es que su web se mueve con una suavidad pasmosa sin que se resienta el navegador en ningún momento. Me ha sorprendido y estoy deseando probarla en algún proyecto.
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Cómo alguien puede hacer algo visualmente tan potente con algo tan sencillo y común como unas piezas de Lego. Utilizar los bloques, no para construir un volumen, sino para crear un cuadro, es un buen ejemplo de pensamiento lateral. Katherine Duclos, una artista de Vancouver ha llevado al extremo la capacidad de expresión personal al mundo de los Legos. En esta entrevista para Print puedes leer sobre qué le motivó a iniciar este proyecto y ver algunas de sus piezas.
→ El campo. El de verdad. El que se lleva en la espalda.
Te engancha en la primera frase y ya no te suelta. Tom es agricultor y escucharle hablar es una delicia. Supongo que habrá quien llame a esta entrevista/documental branded content. A mí me parece una pieza de comunicación tan honesta como bella. Son 40 minutos. No le sobra ni uno. Ojalá este año llegue a tiempo y pueda comprar su aceite.
→ Dither-punk
Este hilo de Eduo en Twitter con varias referencias sobre dither-punk. Usar motores de videojuego moderno con estética de juegos de 1 bit del Macintosh original. Hacer esos gráficos sin utilizar grises, solo usando negro y dithering (como el tramado en serigrafía) es una locura. Maravilloso descubrimiento.
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El número #210 de Honos ha sido escrito mientras escuchaba:
Black Flamenco — Estrella
Se despide con una sonrisa honesta, Máximo, diseñador, aprendiz de newslettero y con ganas de acabar octubre.
¡Salud y diseño!
Mi pasatiempo de fin de semana es ver videos de Ronnie O'Sullivan en YouTube. Qué maravilla es el snooker.
¡Máximo! El otro día leí el significado de Honos. (☺️ por Honestidad! Va contigo. Verte sonreír en la foto que tienes, expresa mucho más de lo que parece ☺️) Y hoy nos traes esto:
“Qué persona quiero ser”. Y nos hablas de la prudencia. Compartes a Gracián:
“Algunos hacen y después piensan. Buscan excusas más que consecuencias. La prevención y el pensamiento cuidadoso son un buen recurso para vivir adelantado...”
Gracias por escribir sobre esta virtud. La prudencia como bien has dicho parece más un defecto hoy en día. Y en realidad es algo que ensalza.
Gracias.
Y por qué quieres que termine octubre? 🤣.
Aprovecho para darte las gracias por leerme. Gracias de corazón.
Un abrazo.
Y un placer leerte.