La Reflexión
Atlas de Histología.
Atlas de Histología. Aquel era el título que leí en el lomo de aquel libro que reposaba en aquel balde de aquella estantería de aquella casa rural de aquel pequeño pueblo del interior catalán. Si lo cuento de ese modo es porque fue un hecho excesivamente concreto, deliberadamente específico. Casi como si algo o alguien me hubiera conducido hasta aquel preciso instante con algún propósito o voluntad. «Histología» era una palabra desubicada para mí. Algo en ella me sonaba, pero no lograba hilar su significado. No podía dejarlo estar. Además, tenía un par de horas muertas mientras el resto dormía una siesta de la que yo me había desvelado, motivo por el cual deambulaba por la biblioteca de aquella casa intentando no hacer ruido. «Histología», palabra rara, fleco suelto, ¿cuál es tu origen?, ¿qué escondes bajo ese histo-?
—La histología es la rama de la biología que estudia los tejidos orgánicos de los seres vivos —respondió el libro. —¡Ya te tengo! —exclamé hacia dentro por no despertar a nadie. En el momento que leí «tejidos», até cabos. Recién había acabado de leer, apenas unos días antes, el libro de Virginia Postrel «El tejido de la civilización». Aún lo tenía fresco y creo que fue su aún intensa presencia en mí quien me condujo hasta aquel título de aquel lomo de aquel libro de aquel balde…
Postrel relata en su libro cómo los griegos empleaban la misma palabra para describir dos de sus tecnologías más importantes: llamaban histós tanto a los telares como al mástil de sus barcos, ya que la vela es la histía (literalmente el producto de los telares). Tejer y navegar, navegar y tejer. Los tejidos orgánicos que mostraba con tintada belleza aquel Atlas de Histología descienden de los tejidos que producían los telares griegos y, con la ayuda de Eolo, impulsaba sus naves. Ahora todo queda atado y bien atado. El hilo cruza y la trama se cierra.
El miércoles pasado, en un encuentro online (aunque por cercanía y calidez casi que pareció offline), charlaba con Gabriela, con Natalia, con Yolanda, también con Javier, Virginia, Arantxa y alguna amiga más sobre la relevancia de la narrativa y la idea de trama. Ellas no lo saben, pero mientras hablaba acudía a mí el recuerdo de aquel momento en aquella casa con aquel libro en aquel balde… Charlábamos de trama, textos, narrar, comunicar… más que palabras eran puntadas con las que intentaba coser mi argumento.
La trama resulta ser aquello de lo que las historias están tejidas. «Texto» y «Textil» provienen de del verbo texere («tejer») que, a su vez, proviene del indoeuropeo teks que nos dará techne («técnica», «tecnología», «arte»). En lo profundo, en lo radicalmente importante, no hay diferencia entre lo tejido y lo escrito. Ambos están cosidos por la trama. Originalmente, la trama era el hilo que cruzaba horizontalmente a los hilos verticales en la urdimbre del telar. Posteriormente, dio nombre a todos los hilos cruzados. La trama y la urdimbre: se traman tapices y textos, se urden textos y tapices. Tejer y escribir no son distintos.
¿Y el diseño?, ¿no es acaso también el diseño hijo de la técnica y el arte?, ¿no está la trama también en lo profundo del diseño?, ¿no hemos dicho ya más de una vez que el diseño es aquello que (con Bergson) impide que todas las cosas se nos den a la vez?, ¿no es acaso eso lo que hace la trama, coser el tiempo?, ¿no hay acaso una profunda relación entre lo tejido, lo escrito y lo diseñado?, ¿acaso no eran diseños los tapices de Anni Albers y Gunta Stölzl?, ¿acaso no lo eran los bordados de Lilly Reich?
Estoy seguro de que todos podemos comprender cuáles son las razones estructurales, culturales y educacionales por las cuales hemos dejado de hablar de tramas en diseño para hablar únicamente de sistemas. Las razones por las cuales hemos preferido de un espacio diseñado a un tiempo diseñado. La reverencia al ingeniero, el desprecio a la hilandera. La trama compone en su urdimbre el sentido de un diseño, tanto como el de un texto, tanto como el de un tejido. Solo nos falta recordarlo. En algunos rincones casi olvidados del diseño, las imágenes siguen estando compuestas por tramas y para quienes estampan, hilatura e hilo siguen siendo palabras comunes (aunque ya cada vez menos). El diseño es relacional desde su propia constitución: teje redes, usa tramas, cose momentos que se hilan también en el eje temporal.
Tejidos, narraciones y diseños comparten la sintonía del relato, la cadencia de la trama, el hilo que las atraviesa, ¿podría ser acaso de otra forma?, ¿no estamos las personas también hechas de lo mismo?, ¿no es acaso un Atlas de Histología un mapa de nuestras tramas, de nuestra hilatura, de la urdimbre que nos cose el cuerpo? No somos distintos de los relatos con los que estamos tejidos, tampoco nuestros textos, tampoco nuestros diseños.
N.º 206 publicado gracias a Teenvio.
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Los enlaces
→ Dislexia y tipografías
El diseño tipográfico puede ayudar a personas con dislexia a reducir su dificultad a la hora de leer. La clave está en que no lo hace de la forma que muchos creen que lo hace. Las tipografías que dicen reducir la dislexia porque sus formas son diferentes o tienen un alto contraste en las formas inferiores o rasgos de escritura manual, no funcionan. Esto es lo que afirma Sofie Beier, Profesora de la Royal Danish Academy of Fine Arts e investigadora en accesibilidad tipográfica. En este excelente post en LinkedIn da claves de qué es lo que sí ayuda y lo que no a reducir el problema de la dislexia. El trabajo que hace Beier me parece brutal. Magnífico ejemplo de ciencia aplicada al diseño.
→ Formas en CSS
La capacidad de transmitir de una manera entretenida un contenido formativo o educativo no la tiene todo el mundo, así que cuando se encuentra hay que darle su crédito. Álvaro Montoro hace sencillo y entretenido el CSS. Este vídeo de 4 minutos donde dibuja con CSS numerosas formas geométricas es un claro ejemplo. Además, lo hace con elegancia (la pieza musical escogida es perfecta) y buen diseño.
→ Variables y responsive en Figma
¿Qué?, ¿Cómo vamos con las variables en Figma? Creo que a más de uno y una se le están atragantando. Seguramente es porque aún no se hayan puesto con ello o porque no le vean la utilidad si no están trabajando en proyectos grandes con sistemas de diseño complejos. Sea como fuere, Christine Vallaure ha escrito este detalladísimo post (Medium) sobre como aprovechar todo el potencial de las variantes y los componentes para diseñar en Figma interfaces que sean lo más parecidas posible al comportamiento responsive que tienen en un navegador. Su post es una excelente manera de entender qué son los breakpoints, a qué llamamos responsive y cómo usar variables en Figma para simular su comportamiento.
Por otro lado, si ya pilotas de variables, este plugin creado por Mohamed Fawzy te va a alucinar. Bazzle es un constructor de variables para Figma. Sin esfuerzo y en poco tiempo puedes contruir todas las variables/tokens que necesitas: colores, espaciados, escalas de tamaños, border radius… Muy práctico, siempre que sepas lo que estás haciendo.
→ Emoji Kitchen
¡Lo necesitábamos! Porque las emociones no vienen de una en una y necesitamos expresar varias a la vez, con Emoji Kitchen puedes combinar dos emojis en uno. De esta manera puedes expresar amor y tristeza a la vez, por ejemplo. También lo puedes utilizar para crear un pulpo-koala muy mono que fue lo primero que hizo Gala (mi hija) al enseñárselo. Para usarlo tan solo escribe en Google “emoji kitchen”. Advertencia: se te va a ir al traste la productividad en cuanto empieces a jugar con esto.
→ Honest Portfolio
Un poco de humor que nunca viene mal. Este es sin duda alguna el portfolio más honesto que he visto. Está diseñado por Anshuman Dhar y rebosa sarcasmo en cada sección. Sabe poner el dedo en la llaga con un humor afilado que toca cada uno de los lugares comunes en los que solemos caer al hacer nuestros portfolios. Además de hacerte sonreir, creo que es perfecto para revisar si, al presentar tus proyectos, caes en alguno de los tópicos que muestra Dhar aquí.
Nota: el portfolio real de Dhar es este.
→ Compensar los límites
Siempre he pensado que diseñar es limitar. No hay diseño sin limitaciones, restricciones. El peor encargo que le pueden hacer a quien diseña es uno que diga “eres libre de hacer lo que quieras”. Más que nada porque suele terminar siendo falso. Jess Eddy, Lead Designer en Zendesk, alerta en este artículo del peligro de no compensar esas limitaciones intrínsecas a cualquier proyecto de diseño con dosis de creatividad y calidad que ella asocia a la idea de “Craftsmanship”. Estoy de acuerdo con Eddy. Muchos de los límites que tenemos en nuestros proyectos no suelen ser restricciones que vengan desde el diseño, sino desde fuera. Cuando esos límites, que por lo general solo buscan la eficiencia (conseguir resultados con el menor gasto de tiempo y recursos), son excesivos o caprichosos, se pone en riesgo la calidad del resultado. Buen artículo. Además, me ha hecho descubrir una marca de hachas, algo que siempre mola a mi yo más primitivo.
→ Bigger isn't better
Adrián Mato (GitHub) escribe este breve, pero acertado artículo en su blog donde aborda uno de los problemas más delicados que actualmente tenemos en el sector tecnológico y en el ecosistema startup: el escalado absurdo de los equipos con finalidades financieras que acaba quemando al equipo, creando ambientes inaguantables y destruyendo todo rastro de calidad y cuidado en aquello que se diseña. La gula del capitalismo salvaje en el que vivimos deja tras su paso un rastro de personas quemadas y diseños mediocres.
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El número #206 de Honos ha sido escrito mientras escuchaba:
Nada. Hoy reinó el silencio.
Se despide con una sonrisa honesta, Máximo, diseñador, aprendiz de newslettero deshilachado siempre en busca de tramas que urdir.
¡Salud y diseño!
Me cae esta historia, justo leyendo "La crisis de la narración" del filósofo Byung Chul Han, te recomiendo leerlo Máximo, va muy al "hilo" de esta reflexión que compartes.