Honos 176. Sala de espera.
La Reflexión
“Por una extraña manera
mil vuelos pasé de un vuelo,
porque esperanza de cielo
tanto alcanza cuanto espera;
esperé solo este lance,
y en esperar no fui falto,
pues fui tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance.”
San Juan de la Cruz
Sala de espera.
Resulta que a veces uno está teniendo una conversación sobre un tema y a dicha conversación le brota un apéndice, una rama nueva de la conversación que resulta ser más interesante que lo que inicialmente se estaba tratando. Eso es The Good Fight, una conversación en forma de serie mucho más sustanciosa que su serie inicial (The Good Wife) y que, tras seis temporadas, se acaba. Bueno, se acabará para quien se acabe porque para mí no.
Quienes lleváis un tiempo por aquí ya conocéis de mi tendencia a eternizar aquello que me causa placer. No es algo tántrico, es otra cosa. Así, he eternizado mi libro favorito, el que he leído decenas de veces, pero sin llegar al final: en cierto capítulo me detengo, evitando así que el libro concluya. Lo he hecho con otras series como Mad Men: no he visto sus últimos dos capítulos y no creo que lo haga. Con The Newsroom hice lo mismo, pero al final mi pareja me convenció para ver el final. Craso error por mi parte dejarme convencer. Yo era feliz en mi alivio ignorante, flotando en el vacío. No volveré a caer en esa trampa del afán completista ¿completar para qué?
The Good Fight es un viaje lisérgico que parte desde la sátira, transita por la paranoia y cae violentamente en el absurdo. Vamos, pura actualidad, ¿O acaso estos últimos años con sus pandemias, crisis y posverdad no parecen más un brote psicótico que otra cosa?, ¿Quién quiere finalizar este viaje alucinógeno cuando puede aplazar una microdosis para más adelante? Yo no.
Sé que hay quien no lo entiende, quien ve absurdo el aferrarse a lo postrero con el ánimo puesto en que resulte eterno, pero ¿no es acaso peor el desgarro de la evidencia con su vulgar soledad? Yo vivo un idilio con la pausa, con la puesta entre paréntesis. Habito un eterno día de verano, un tiempo regalado. Vivo entre finales en suspenso y conclusiones que aguardan en su sala de espera a que llegue el momento oportuno, aquel en el que ya no duela.
El filósofo alemán Hans Blumenberg escribió: “El hombre es un ser que alberga infinitos deseos de una vida finita”. Yo solo aspiro humildemente a eternizar la finitud.
Los enlaces
→ Mastodon
Vaya por delante que no creo que Mastodon sea la alternativa a Twitter. No lo era hace 4 años cuando me activé una cuenta allí (que no he usado nunca) y tampoco lo es ahora. El título de alternativa es más una necesidad de quienes huyen de Twitter que una propiedad de Mastodon. Tampoco es que Mastodon sea Mastodon, si no que es miles de Mastodon, miles de instancias, miles de taifas —cada uno con sus reglas, normas y condiciones—. Si pensabas que en Twitter había cámara de eco, en Mastodon es aún peor.
Dicho todo esto por delante, voy a dejar por aquí el mejor tutorial para comenzar en esa red social creado por Andrés Palomino. Si estás pensando en usar Mastodon, pero se te hace bola, échale un ojo a ese hilo: te ayudará.
→ De limpieza
He estado unas cuantas horas de esta semana dedicado a limpiar, ordenar y redefinir los componentes de la principal librería que empleamos en Devengo. Básicamente, he estado peleándome con las decisiones que tomó mi yo del pasado y cuidando un poco más de mí yo del futuro. Esto es lo que llaman los equipos de desarrollo “refactorizar”, pero a mí se me hace grande la palabra, la verdad.
En fin, os dejo dos plugins de Figma que me han ayudado en estas tareas y si conocéis alguno vosotras, decidme.
Instance Finder. Perfecto para encontrar dónde se están usando, o si no se están usando, instancias de un componente. Funciona rápido y bien. Me ha ayudado a ver que tenía muchos componentes que se habían quedado en desuso y se podían eliminar.
Autoname. Este es de esos plugins que parecen mágicos. Se ve que utiliza una IA (yo creo que es simplemente machine learning, pero ¯\_(ツ)_/¯ ) para renombrar las capas de un componente, por ejemplo. A poco que el componente esté bien estructurado, el plugin funciona bien nombrando con convenciones cada una de las capas del frame. Si no tienes una estructura hiperdefinida en cuanto a nombres, te será útil.
→ Código, belleza y arte
He descubierto el trabajo creativo de este artista mexicano llamado Mario Carrillo y quería compartirlo por aquí. Sus degradados y patrones son hipnóticos, coloridos y casi mágicos. Su trabajo explorando el diseño con código es muy inspirador. Os propongo que os perdáis un rato por su web y porfolio. A mí me dan ganas de empapelar mi casa con esos diseños.
→ Diseño y lenguaje inclusivo
Comparte en Medium Carlota Quintero Sicre, del equipo de producto de Aplazame, una reflexión sobre cómo están implementando lenguaje inclusivo dentro de los textos que producen como diseñadoras de producto. Aporta referencias interesantes y enlaza con la guía de Prodigioso Volcán que me parece una referencia imprescindible en este sentido.
Echadle un ojo al post porque merece la pena y enlaza con recursos útiles para la tarea de escritura inclusiva.
→ Mona y Hubot
Mona y Hubot son dos tipografías sans que estrenan la buena gente de GitHub. Se han currado además una web muy chula, cargada de detalles, así como unos carteles que muestran las tipos en uso de una manera excelente. Hasta donde sé están realizadas junto con el estudio de Deni Anggara, Degarism. Son dos fuentes open-source y gratuitas. Mona es más neutra y Hubot tiene algunos caracteres con más personalidad. Vienen también en formato variable. Algo que, afortunadamente, comienza a ser ya habitual.
→ Visible e invisible
Escribe Ignacio Urbina este interesante artículo en di-conexiones sobre la evolución del diseño de surtidores de gasolina y la “reconversión” del producto en puntos de carga eléctricos. Este es uno de esos casos donde el esqueuomorfismo se hace patente y es divertido ver cómo la evolución de los diseños se va desprendiendo poco a poco de elementos que permanecían por razones ajenas al diseño.
Como digo, interesante artículo que si os interesa el diseño industrial no podéis dejar de leer.
→ Diseñar contra los sin techo
Descubro, gracias a Ariel Guersenzvaig este libro (inglés) sobre el diseño y la arquitectura hostil escrito por Robert Rosenberger, especialista en la relación entre personas, objetos, arquitectura y política en las ciudades. El libro se puede leer de manera gratuita desde la web de la biblioteca de la universidad de Minesota (por cierto, vaya web maravillosa que ofrece una experiencia de lectura online perfecta).
Si os interesa el diseño como relación entre personas y tecnología o arquitectura, os gustará el libro de Rosenberger.
Si ya eres parte de la comunidad de Honos y quieres contribuir para que pueda seguir escribiendo y enviando la newsletter cada semana, puedes hacerlo vía ko-fi y te estaré muy agradecido.
Gracias a las más de 160 personas que me apoyan allí.
Van 430 cafés hasta la fecha. Me va a dar algo ;)
El número #176 de Honos ha sido escrito mientras escuchaba:
Le di a la caza alcance — Estrella Morente y Michael Nyman
Se despide con una sonrisa honesta, Máximo, diseñador, aprendiz de newslettero y necesito serie nueva, ¿alguna recomendación?
¡Salud y diseño!