Honos 173. El siglo en el que estalló la belleza.
La Reflexión
El siglo en el que estalló la belleza.
Si pudiera dar una vuelta en el DeLorean de Marty, una única vuelta, la usaría para ir al siglo XVIII, el siglo de las luces, el de las revoluciones políticas, industriales y científicas. Si solo pudiera utilizar esa máquina una vez, sin dudarlo un instante, lo haría para viajar al siglo en el que, entre otras muchas cosas, también estalló la belleza.
Algo, no sé muy bien qué, me dice que la belleza vuelve a interesarnos. El concepto de belleza, que parecía superado y propio de un humanismo nada posmo, parece volver a importarnos. Quizá sea una demanda legítima tras tanta crisis, pandemias y amenazas de fin del mundo. Quizá sintamos que solo queda refugio en la belleza porque todo lo demás colapsa. No lo sé, pero noto que se habla más sobre ella en términos de pregunta, de búsqueda y encuentro.
En términos generales, y seguro que con excepciones, desde la Grecia clásica hasta el siglo XVIII, occidente mantuvo una idea misma idea de lo que era la belleza. No en el sentido de que se concibiesen los mismos objetos como bellos, sino que lo bello se substanciaba únicamente en el objeto. El sujeto, nosotros, éramos meros contempladores: ni sumábamos, ni restábamos belleza a aquello que fuera considerado bello. La belleza era una cualidad objetiva. Lo era para Platón, lo era para Aristóteles. Lo mantuvo Plotino y lo sostuvo Agustín.
Toda objetividad de la belleza voló por los aires con las obras de David Hume (1711-1776) e Immanuel Kant (1724-1804). La mecha la había encendido John Locke (1632-1704) unas décadas antes con sus estudios sobre el color y las cualidades primarias y secundarias, pero definitivamente son las obras de estos dos gigantes las que imposibilitan que desde entonces la belleza pueda ser puramente objetiva.
La subjetividad se instala en la idea de belleza, haciendo estallar cánones, proporciones, simetrías y armonías, usando como detonante el concepto de interés. Kant entenderá que la mirada juega un papel determinante en el juicio estético y que el interés es un condicionante que no puede obviarse cuando decimos que algo es bello. Para el de Königsberg, si es posible decir que un objeto es bello, es si, y solo si, hay una falta de interés en dicho objeto: decir que una rosa es bella no es un juicio estético si la rosa te interesa como obsequio para conquistar a una dama. Es un juicio de gusto, que es algo muy distinto.
Esta idea de belleza resultó tan influyente que llegó a asumirse la belleza como una idea superada, pasando a interesar más en el pensamiento estético y en el propio arte ideas como la de lo sublime, lo transformador, lo provocador, lo innovador… al fin y al cabo, si la belleza es algo subjetivo qué sentido tiene buscarla. El epítome de este desinterés por la belleza es el propio siglo XX donde la belleza no interesa en absoluto y se transforma en bellismo. La búsqueda de la belleza se ve como un intento nostálgico de un humanismo trasnochado en el que ya se ha perdido toda fe. Creo que el siglo actual rompe con esa tendencia y ansía encontrar una nueva manera de entender la belleza que supere el dualismo sujeto-objeto.
Si algo ha transformado nuestra capacidad de entender el mundo en el siglo XXI ha sido la eclosión de internet y las redes sociales. Lo relacional se ha convertido en una categoría inalienable de lo que somos. Hoy, menos que nunca, nadie es una isla. Todos y cada uno somos un istmo: conectores entre tierras, nodos de piel y sueños. Somos entre.
Y es en el entre, en lo relacional, donde podemos reencontrarnos con la belleza ¡Cómo va a ser la belleza objetiva! ¿Es acaso medible o cuantificable?, ¿Acaso existiría belleza sin nosotros? Por otro lado, ¡Cómo va a ser la belleza meramente subjetiva! ¿Es acaso falso el acuerdo, la coincidencia? La belleza no se asienta en ninguno de estos polos, sino que fluye en la situación, en el momento, en la vivencia. Así lo ven autores actuales como Sartwell o Nehamas y yo estoy muy cerca de ellos.
Si pudiera dar una vuelta en el DeLorean de Marty, una única vuelta, la usaría para ir al siglo XVIII y poder observar de primera mano cómo la belleza voló por los aires. Quizá, con suerte, podría conocer a Kant (era un tipo muy predecible, no sería problema encontrarle) y hablarle de mi idea de belleza: una belleza como vivencia, fruto de una relación singular entre un sujeto y una otredad. Una relación que desata una tormenta perenne en nuestro interior. En ese sentido, una belleza no muy distinta del enamoramiento.
Nº 173 publicado gracias a Design Policy Conference - World Design Capital Valencia 2022
Acude al Congreso de Políticas de Diseño en Valencia los días 3 y 4 de noviembre
Las políticas de diseño son aquellas iniciativas que tienen como objetivo promover o acelerar el uso y la aceptación del diseño tanto por el sector público y privado, como por la población en general. Las políticas de diseño promueven la integración de diferentes ramas de la experiencia del diseño en las políticas públicas y privadas, con el fin de crear experiencias significativas que también sean ambiental y económicamente sostenibles y socialmente inclusivas.
Si el diseño ha demostrado ser una herramienta tan poderosa para
resolver «problemas perversos», ¿por qué no lo estamos usando de forma
generalizada para enfrentar los grandes retos a los que se enfrenta la
humanidad en estos momentos? Esta es la gran pregunta que se va a
intentar responder en el Design Policy Conference, dentro del programa
de la Capital Mundial del Diseño.Para ello se han preparado paneles debate en los que se abordarán temas como la educación (¿estamos formando para satisfacer estas grandes expectativas?), la divulgación (¿es posible generalizar la cultura del diseño?), la redefinición de la profesión (¿cómo debe evolucionar el diseño?) y el impacto de las políticas de diseño en ciudades y territorios.
Comparto la opinión de quienes organizan este congreso de que es clave construir un consenso político en torno a la relevancia del diseño, ya que la política pública tiene el poder de influir sobre el resto de los actores y de la sociedad en su conjunto.
Si te interesa profundizar en el diseño como agente de cambio estructural, reserva tu entrada gratuita (únicamente se abonan los gastos de gestión) para el Congreso de Políticas de Diseño que se celebra los días 3 y 4 de noviembre en Valencia.
Recuerda que si quieres patrocinar Honos puedes hacerlo aquí
Los enlaces
→ Atlas of the Invisible.
Descubro gracias a Yusef este magnífico libro llamado Atlas of the Invisible. Un libro bellamente ilustrado que emplea la cartografía para mostrar patrones invisibles que han moldeado nuestras vidas e historia hasta la actualidad. Un libro que te encantará si te van los mapas o la visualización y el diseño de datos. Recuerdo que ha sido mi cumple hace poco: guiño, guiño, codazo, codazo.
→ Iedra.
Iedra es un buscador y explorador de palabras. Se puede entender como lo opuesto a un diccionario ordinario. En estos, se parte de una palabra para hallar su definición. En Iedra, se parte de una definición y se hallan las palabras que la satisfacen.
Entre los criterios de búsqueda que se pueden usar para buscar palabras están las búsquedas textuales en la propia palabra o en sus definiciones, la longitud de la palabra, el número de sílabas y su acentuación.
Escogiendo bien los términos de búsqueda, Iedra puede servir también como tesauro asociativo, buscador etimológico, buscador de sinónimos, buscador de categorías gramaticales y otras funciones lexicológicas.
Iedra es un proyecto de Gabriel Rodríguez Alberich, ingeniero de software y apasionado del lenguaje. No es un proyecto reciente, pero yo lo he descubierto ahora y me ha parecido una herramienta muy útil y que añadiré a mi batería de herramientas para trabajar en naming.
→ Fallar de la mejor manera posible.
Esta semana en el Slack de Devengo se comentaba como, a la hora de enviar un mensaje de error a un usuario, no es solo hay que decir que se ha fallado, sino “fallar de la mejor manera posible”. Los mensajes de error son parte de la comunicación con quien usa un producto. En este post (Medium) escrito por Jenni Nadler, UX writer en Wix, dan buenas claves para escribir mejores mensajes de error en un contexto de interfaz.
→ Berkeley Mono Typeface.
Me comparte Aitor la nueva tipografía que está empleando para escribir código. Se llama Berkely Mono y es del estudio de visualización de datos Berkeley Graphics. Me parece una monoespaciada muy bien compensada, técnica, con un estilo muy DIN: funcionalidad y un toque setentero. La licencia comercial no me gusta mucho porque es $/año, pero la personal (pensada para developers) me parece perfecta. Hay posibilidad de trials.
→ Wallpapers de Madrid y Barcelona.
Nacho Carretero, diseñador y fotógrafo, ha creado unos preciosos fondos de pantalla para iPhone a partir de fotos de edificios emblemáticos de Madrid y Barcelona.
La última versión de iOS permite crear pantallas de bloqueo con un efecto de profundidad. Esta selección de fondos está preparada para funcionar perfectamente con esta funcionalidad. Puedes echar un ojo en su web. Mi favorita es la del hotel Porta Fira.
→ Count.
Count es un plugin para Figma que permite contar ¿Contar qué? Pues eso depende del contexto. Es decir, si seleccionas un texto, contará párrafos, palabras o caracteres, pero si seleccionas varias capas contará el número de las mismas, si seleccionas un set de componentes, te dirá el número de variantes… Un plugin útil y con cierta “inteligencia” detrás.
→ Aprende Airtable.
Uso poco Airtable. Lo justo y básico para gestionar los patrocinios de esta newsletter, pero siempre me ha parecido una herramienta a la que le podría sacar mucho más provecho ¡Noemí Carro viene al rescate! Su nuevo proyecto es un canal de Youtube para aprender cómo sacarle todo el jugo a Airtable. No solo lo explica de maravilla, sino que comparte las plantillas ¡Maravillosa!
Si ya eres parte de la comunidad de Honos y quieres contribuir para que pueda seguir escribiendo y enviando la newsletter cada semana, puedes hacerlo vía ko-fi y te estaré muy agradecido.
Gracias a las más de 160 personas que me apoyan allí.
Van 425 cafés hasta la fecha. Me va a dar algo ;)
En número #173 de Honos ha sido escrito mientras escuchaba:
Uno de mis discos de flamenco favorito Vicente Amigo — Memoria de los Sentidos
Se despide con una sonrisa honesta, Máximo, diseñador, aprendiz de newslettero y hasta esta semana pensaba que iba a esquivar el COVID… pues no.
¡Salud y diseño!