Honos 144. Una fotografía que yo jamás vi
La Reflexión
Una fotografía que yo jamás vi
Me pregunto si uno puede sentirse herido por una fotografía inexistente. O, al menos, por una fotografía que de existir, yo jamás vi. Me explico.
En “La cámara lúcida”, ese pequeño libro de Roland Barthes preñado de grandes ideas, el filósofo francés nos habla de dos momentos, dos miradas, que pueden darse en la fotografía: el studium y el punctum.
Cuenta Barthes que el studium es aquello que proyectamos con nuestra mirada de observadores de la fotografía: nuestro fondo cultural, político y personal que se expresa desde el me gusta o el no me gusta. El studium es la descodificación que hacemos como observadores de lo que el fotógrafo inserta en la fotografía. Es un encuentro con las intenciones del fotógrafo para entrar o no en armonía con ellas.
Frente al studium se presenta el punctum. El origen del punctum no es ya el observador, sino la propia fotografía. El punctum es “como una flecha que sale a escena para punzarme”. El punctum me impacta, afecta y deja una herida en mí. Este momento, esta mirada depredadora de la fotografía hacia mí es una suerte de hueco, de ausencia, de algo que no está realmente en la fotografía, pero que emerge de ella y me toca. Puede el punctum incluso ganar con la distancia, con el tiempo. Sucede, dice Barthes, que “puedo conocer mejor una foto que recuerdo que otra que estoy viendo”. Un conocimiento que no procede del examen, sino del impacto, de la afección casi táctil que la fotografía dejó en mí. Yo me pregunto si ganando distancia, si más allá del recuerdo, puedo verme afectado del igual modo por una fotografía que ni he visto, que quizá no exista, pero que me tiene herido.
Punctum es lo que nos hiere en una fotografía de William Klein o en una de Navia, pero yo llevo días con la sensación de que hay una foto no hecha que me ha herido tanto o más como hieren las de Klein o las de Navia. Una foto, probablemente imaginada. Es la foto de una calle céntrica de París en una noche helada. Hay que fijarse mucho, centrar la mirada en una esquina de la foto —lo que provoca el punctum está fuera de foco y permanece borroso porque no era lo que interesaba al fotógrafo— para percatarse de que tirado en el suelo, fugazmente iluminado por la luz amarillenta de una farola, yace inerte junto a su sombra el cuerpo de un fotógrafo lanzador de punctum llamado René Robert.
In memoriam.
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Los Enlaces
→ De una verdad, un refugio
Maravillo el texto de Anatxu Zabalbeascoa sobre la arquitectura de nuevas iglesias. Fieles reflejos de una necesidad actual y con el ánimo más puesto en el acogimiento y el amparo que en el deslumbramiento y el extásis, las nuevas propuestas arquitectónicas buscan “lo leve y lo sencillo para hacer de una verdad un refugio. […] Se trata de ofrecer consuelo y comunicarlo. Pero también de seguir soñando.”
Desde luego que al ver la iglesia de Santa Maria Goretti uno tiene que sentir algo muy diferente al contemplar, por ejemplo, el retablo de la Iglesia del Salvador en Sevilla. Quizá esta estética de lo pulido como dice Byung-Chul Han sea la acorde con estos tiempos. Yo tengo sentimientos encontrados.
→ Cambiando la tipo de tu web
Otro estupendo post de Oliver Schöndorfer en Pimp my Type. Esta vez nos habla de seis consideraciones que él ha tenido en cuenta a la hora de hacer un cambio en la tipografía de su web. Consideraciones que valen para todo el mundo y que son muy útiles si trabajas en diseño web. El resultado de su cambio, aunque no es revolucionario, es, sin duda, una mejora considerable. Una de esas pequeñas evoluciones que pueden pasar desapercibidas, pero en realidad marcan gran parte de la diferencia entre algo correcto y algo excelente.
→ Bruno Munari en la Fundación March
Fantástica exposición en la Fundación March del 18 de febrero al 22 de mayo en Madrid. Munari es un artista para muchos y un diseñador para otros. En lo que todos se ponen de acuerdo es en que fue un genio y alguien que sostuvo un equilibrio pocas veces visto con creatividad en múltiples facetas.
En febrero y marzo estaré bastante por Madrid con el programa de Filosofía así que no me la pierdo por nada del mundo.
→ La silla para pasar página
Esta silla de la que hablan en Experimenta me ha dejado pensando. En los márgenes entre lo funcional y lo puramente formal aparecen diseños que te dejan pensando. Noriko Hashida, diseñadora industrial japonesa, crea esta silla donde tú decides el espesor del asiento y el respaldo pasando “hojas” de fieltro de uno a otro lado. Dan ganas de que cada capa fuera una página del calendario.
→ Diseñadora de color
¿Cuántas veces me habéis leído por aquí decir que el color es lo más difícil en diseño visual? Lo sigo pensando. Ruxandra Duru es una diseñadora rumanacanadiense especializada en color. Tiene un curriculum que asusta de lo impresionante que es. Más allá de sus trabajos, que son excelentes por supuesto, me ha gustado mucho leer sus textos y reflexiones sobre el color. El estudio que tiene sobre los distintos tonos de marrón que puede tener un café te explota la cabeza.
→ Chartopedia
Estas semanas pasadas he estado trabajando bastante en el diseño de gráficas. No soy especialista en diseño de datos así que en ocasiones tenía dudas sobre qué tipo de gráfica servía mejor a un propósito y cómo se llamaba. Encontré este recurso muy útil que si estás en esta misma situación, seguro te ayuda. Chartopedia es una guía que recopila los distintos tipos de gráficas y te aclara cual elegir en cada situación.
→ Una newsletter: Causas y Azares de Antonio Ortiz
Seguro que la conocéis, pero no me canso de recomendarla. Causas y Azares es un torrente de información comentada por su autor con mucho mimo. Solo por el análisis que hace del “Te quiero ride, como a mi bike” de Rosalía en el último número, ya merece la pena suscribirse.
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Se despide con una sonrisa honesta, Máximo, diseñador, aprendiz de newslettero y acabo de caer en la cuenta de que se me ha olvidado descongelar unos riñones de cordero que me dio mi suegra y hoy me quedo sin riñones al jerez. Fallo gordo.
¡Salud y diseño!
En número #144 de Honos ha sido escrito mientras escuchaba:
Mayte Martin a la que tan bien retrató René Robert.
